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Abría la boca en dirección al cielo, claro esperando que cayera un poco de mermelada. Qué clase de humano se convence de que el cielo es de mermelada y espera de él bonanza. Jamás ha caído y no caerá.
De todas formas seguía con el tragadero hacia el cielo, no lograba comprender que había despertado y que el sueño del otro día, había sido, claramente, solo un sueño, sin embargo se esmeraba en mantener la esperanza viva, teniendo por sabido que a la salida del sueño se destruye cualquier forma de ilusión.
Mírame, no vez cuanto tiempo llevo aquí y no lanzas algo de tu festín, de esa perfección de la que tanto adulas, porque solo de iras me he alimentado, deja caer algo, finge que fue por error, finge como siempre lo has hecho.
Claro le aseguraron que de allá arriba venía lo bueno y se quedo esperando, pero ya ves. Al final es mejor plantar un durazno, sentarse en su copa y esperar a que sea lo suficientemente alto para rasgar con el propio dedo el firmamento.
10/12/09
..............................Geronimo
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Si tan solo pudiera naufragar en ese caótico éxtasis, en esa melodía.
Qué imposible se vuelve, estar aquí sentado como si nada, como si eso que se oye fuese solo sonido. Me imagino que ese muñeco que toca ahora el piano, perdió el control de su existencia hace mucho, ya los dedos los debe tener arraigados en las blancas extremidades del cajón, y su cuerpo por completo posado en esa banquilla, va y viene, sube y baja, en su piel y sus infinitos cabellos se logra comprender la eternidad que lleva ahí sentado, no tan sentado, mas bien volando, de las fantasías lanzadas desde el corazón de este maravilloso piano se alimenta.
Soy el siguiente, me escogió, ya siento como cada pulsación me extrae un poco de alma, podría salir corriendo ahora mismo, me quedo aquí.
Si tan solo pudiera naufragar en ese caótico éxtasis, en esa melodía.
Qué imposible se vuelve, estar aquí sentado como si nada, como si eso que se oye fuese solo sonido. Me imagino que ese muñeco que toca ahora el piano, perdió el control de su existencia hace mucho, ya los dedos los debe tener arraigados en las blancas extremidades del cajón, y su cuerpo por completo posado en esa banquilla, va y viene, sube y baja, en su piel y sus infinitos cabellos se logra comprender la eternidad que lleva ahí sentado, no tan sentado, mas bien volando, de las fantasías lanzadas desde el corazón de este maravilloso piano se alimenta.
Soy el siguiente, me escogió, ya siento como cada pulsación me extrae un poco de alma, podría salir corriendo ahora mismo, me quedo aquí.
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