27/7/09

Riden B.

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Es probable que se torne demasiado ficticio, pero así fue como sucedió. Riden B. un obsesionado doctor herbario, había confeccionado secretamente un invernadero, muy apartado de la cuidad y de muy difícil acceso. Desde hace mucho tenia un rencor contra la humanidad, le era complejo entender como sus pares podían destruir tan cruelmente algo que el amaba con demasía, por esta razón se refugio en su amor, el lugar era impactante, parecía de otra época, en donde arbustos, árboles y flores, de los más variados colores se enseñoreaban, el sitio era un caos, un desorden incomprensible, tal y como lo era la naturaleza, Riden B. era incapaz de mutilar cualquiera de sus plantas, por esta razón no pudo llevar un orden, a simple vista parecía un cobertizo abandonado. Las especies que habitaban en aquel lugar, eran la devoción de Riden B. todas tenían un lugar especial en su alma, solía sentarse largas horas, en una plataforma elevada para admirar su imperio. El silencio era interrumpido solo por algunas brisas que se escurrían através de algún ventanal mal cerrado, una tarde Riden B. sintió el sonido de un galope, no era extraño que algún jinete atravesara esos parajes, sobre todo un día tan radiante como aquel, lamentablemente el sonido se intensifico, Riden B. en ese mismo instante sufrió un terror escalofriante, no sabía que debía hacer, nunca se había enfrentado a esa situación. El jinete era más bien joven, solo jugaba con el caballo de su abuelo, al ver este cobertizo en su más innata curiosidad se acerco para explorar, en cuanto vio la estructura le pareció magnífica y abandonada, se deslizo por un ventanal y miro estupefacto el despliegue casi selvático del medio al cual se había integrado, no tardo un segundo en decidir llevar una de esas pomposas flores a casa de sus abuelos, la arranco de raíz. El alma de Riden B. fue abatida, sintió cada extremidad ser arrancada, vio al jinete salir, fue en ese instante cuando comenzó el suplicio. El caballo estaba pastando, razón por la cual su pasajero decidió postergar la partida. Riden B. se acercó lenta y silenciosamente, de la misma forma en que una flor despierta, cuando tubo en frente a su victima, bacilo en como debía vengar a su predilecta. El jinete turbado ante la imagen de un humano tan verdoso, se levanto y dejo caer su obsequio, cuando la planta calló, el musgoso ser que lo enfrentaba soltó un grito de dolor, como si fuese parte de ella. Fue entonces cuando el joven supo que el seria ganador, sintió que un poder recorría sus venas, que una parte de dios le había sido concebida, entonces surgió una perversa idea de su mente, dijo con voz demoníaca “mueres tú o muere la planta”, fue su condena, Riden B. Tomo entonces las podadoras que nunca utilizo y ensarto sus puntas justo en su garganta, se desangro, un verde liquido viscoso emanaba de su ser, su jungla absorbió hasta la ultima gota de sangre, ese fue el fin del herbario Riden B.

24/7/09

Briden

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Se tornaba doloroso ver la tiesa figura de Briden, de manera espeluznante tomaba su copa y la alzaba en dirección a los rastros de humo que escupían las llamas que rodeaban su cuarto, la temperatura aumentaba, el fuego era lento, así como si estuvieran en contra de su naturaleza devastadora, el escenario era estremecedor. La silla era de madera y oro, sumamente reconfortante, la mesa sin ningún relieve que la distinguiera, se emplaza frente a el y su copa, copa que tenía un vino casi sangriento, casi maldito, cada vez que el humo hacia torbellinos a su alrededor este demoniaco licor absorbía las negras nubes. Briden en el ápice máximo de su placer, disfrutaba el nirvana al que se expuso, sabía sin dudas que moriría, pero que más da, la muerte llegaría fuerte, sin piedad, su condena era perpetua e insoslayable, la debilidad inherente al humano se había aferrado despiadadamente de aquel montículo de maltrechos huesos. La vida fluyente en su ser, sentía la tristeza de no ser cómplice de Briden. Las llamas brotaban imparables, cronometradas para aumentar paulatinamente, para así alargar la velada. Aquel ensalzado trono en el cual se desvanecía había sido hurtado por su mano silenciosa y sombría, la muerte envuelve más misterios de los que pensó esto le daba un cierto aire fantasmal, el eclipsado sitio contenía los objetos que le conmemoraban su vida, la mesa escueta, era símbolo de su vana existencia, de su inconveniente nacimiento, la silla era magnifica, hermosa aun sublime, todo lo que no logro alcanzar eso era su silla. Alzaba su copa al mortífero humo que lo rodeaba, agitándola, para así dejar caer algunas gotas sobre la superficie de la mesa, corroer la superficie era su intención, ver la ebullición que provocaba el contacto del líquido. La copa contenía un acido nocivo muy volátil, ese era el trago favorito de la muerte, cómo podría dejar de servirlo a su invitado. Sus ojos jugaban al son del ardor incandescente de las llamas, en busca de un placer mayor de una sensación sobre humana, siempre supo que la muerte era parte de su existencia pero nunca imagino que llegaría ha añorarla con tal desenfreno, de ese modo paso el tiempo y Briden recorrió los pasillos de cada rincón de su mente incluso esos inexplorados donde suele habitar la felicidad, continuo disfrutando el festín que había preparado para la Muerte cuando su emoción sobre cogió su corazón expiro. En ese momento la Muerte se hizo presente, quedo impactada ante tal recibimiento, nunca jamás, se había sentido más amada que en esa oportunidad.

20/7/09

Horror & Poder

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Llevo casi una eternidad en este lugar, casi muero sin tener algo grandioso que contar, sin embargo fue aquí donde aprendí a volar. “Una enfermedad no hay otra explicación” solían decir mientras observaban mi comportamiento al caminar, no puedo evitarlo, me es aterrador poner un pie sobre la separación del asfalto.. Decidieron, entonces desterrarme a un sanatorio, mis más apocalípticos sueños desembarcaron en mí, en cuanto me percate de que las cerámicas no contenían un pie, ¡Eran demasiado pequeñas!, con fuerza sobre humana me desligué de mis centinelas, un sedante y ,supongo, una camilla me llevaron a mi nuevo lecho, en cuanto desperté mis ojos se clavaron al piso, allí estaban esas minúsculas teselaciones, no quería imaginar el momento en que vinieran por mi y me extirparan de la camilla, mientras meditaba en esto, dos hombres se apoderaron de mí, luche pero no pude omitir a los gladiadores de blanco, salte sin dirección, sin razonar, cuando me vi lentamente en dirección al suelo, creí moriría, sentí el alma azotarse contra el cuerpo, querer escapar pero no poder, cuando el impacto era inminente una energía proveniente de mis horrores me suspendió en el aire, los hombres impactados ante tal evento quedaron como inertes, como si sus baterías hubiesen sido desconectadas, flote, mi pavor me hizo despegar, hoy puedo decir con propiedad que soy el único humano que viaja entre brisas celestiales.

14/7/09

Chica de Azúl

[Karina Aguirre- Fotografiada]



Esa fría mañana el sol no apareció nadie se explicaba el porque de la ausencia de nuestro mas calido compañero, la oscuridad era completa. Karina una mujer de apenas veintidós años despertó estirando su cuerpo reconfortantemente, noto las penumbras pero no presto mayor atención, de su espalda comenzaron a brotar lenta y dolorosamente un par de alas azules tan grandes e imponentes que su belleza fue multiplicada... Ese día comenzó a volar, aún hoy se ven algunos destellos azules cada vez que cruza los cielos de santiago.