En esta casa guardamos la juguera en distintos sitios, cada pieza está repartida por la cocina, de esta forma esperamos ganar más tiempo en caso de robo.
Cuando llega la hora de dormir vaciamos el agua de los floreros, así se les marchitaran durante el camino en caso de robo.
De los cuadros no nos preocupamos están fuertemente incrustados a la pared con tornillos de unos diez centímetros, es una gran tranquilidad.
Durante el crepúsculo subimos al ático en donde nos conectamos con el sótano mediante una estrecha escalera caracol, mantenemos nuestro peso muy bajo para poder usarla, claro todo esto en caso de robo.
Tome precauciones.
La paranoia es la madre de los trastornos obsesivo compulsivos.
ResponderEliminarAcá se esconde el notebook bajo la almohada.