26/10/09

.......................La sublime existencia

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Me parece un tanto incierto el destino que propino la vida a este par de enamorados, tal vez fue su excesiva pasión, quién sabe.
Lo cierto es que entre ellos existía un extraño magnetismo, como si un alma estuviese en dos cuerpos, como si cada extremo corriera desesperado para volver a la unidad, y no es tan solo en el pensamiento esta enajenada necesidad, sino que sus cuerpos corrían la misma suerte. Estamos hablando de magnitudes incomprensibles para los humanos comunes.
La ausencia del otro provocaba una insana sensación de desvanecimiento en el cuerpo, desde el pecho se desprendía un trozo de sí, esto provocaba una perdida de energía horrible casi hasta el desmayo, la situación se tornaba peligrosa cuando la distancia era prolongada, como si un engranaje del universo saliera perdido sin sentido, entonces el desastre era colectivo, pero todo esto sucedía dentro de un hombre.
Los pensamientos eran corrompidos sin la más minima sutileza, la imagen del otro se incrustaba en el centro, justo ahí donde toda idea comienza, fluido carmín rodeaba la presencia imaginaría.
El remedio era suplicarle al sol que cruzará el cielo más rápidamente, gritarle que no debía tardar en aparecer una vez más, entonces así se unían como en la más oculta de las confabulaciones, hacían desaparecer el aire, la tierra, la raza humana por completo, y estaban ahí los dos, entre la nada y el todo.
Justo en medio de lo real y lo imaginario, ocurrió.
En el último de sus encuentros, fue donde la desequilibrada necesidad del nexo hizo estragos, el torbellino que los envolvía les quemaba la piel, la asfixia era tal que no dejaba espacio para la respiración, aire que no necesitaban, estaban los dos qué más hacía falta. Los cuerpos en una sola amalgama de delirio se entrelazaban sin dejar lugar al descanso, rompían con el tiempo y las leyes de la física, ya no tenían ojos veían con el alma, con el cuerpo, con los labios, tal vez tardaron una eternidad, pero sus cuerpos se consumieron, se desgarraron, se frotaron hasta no dejar rastro de alguno de ellos, como el mejor de los crímenes de la historia, ni una huella de su existencia, se unieron en tal forma que dejaron el simple ser y se distorsionaron hasta la sublime existencia, esa incorpórea, que permanece en la gloría eternamente.

15/10/09

Justo aquí

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Porque el hombre fuerte ve más allá de mansión podrida, más allá del ápice de maldad, ese que con el conflicto ajeno debe volcarse para no sufrir, al que siente fuerte, ese que se que se maravilla y se destruye, porque él encuentra verdad en la realidad, porque él es sereno, porque logró comprender que su vida es más que la superficie, más que los pliegues de la cara y los pigmentos de la piel, se ama, y por ende disfruta dolor y placer del mismo modo.
Las lágrimas no son escasas en sus mejillas, y sus sonrisas hacen más lindo el sol, a veces se siente solo como perdido y algo nublado, es propio del humano. La nubosidad es inherente en nuestro camino, más que el día soleado, pero existe quien logra percatarse de que la nube no hace más que disfrazar el mismo rayo de sol que corre desesperadamente para impactar en nosotros, una verdad algo triste una verdad media mentira, solo basta saber que el sol no es precisamente eso que esta allí arriba ardiendo eternamente, sino esto que esta aquí, si justo aquí, aquí dentro.

7/10/09

Un crudo perfil

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Tan deteriorado como una esponja luego de mil lavados, se lanzó sobre el catre en busca de soledad y alguna forma de olvidar el agobiante dolor que ese día le regalo. El problema era que todos los días desde hace mucho pasaba esto y la solución es inexistente para él, quizás mientras divaga entre problemas y cansancio no logra pensar en alguna forma del salir del embrollo, pero de alguna forma, bastante extraña por cierto, se levanta y comienza el día siguiente. Debe ser que se le entumeció el cerebro de tanto cansancio, o tal vez, de la misma forma que un animal, lo guía el instinto y labora tal y como lo hizo ayer.
Qué mejor retrato que los pies, pies… pies… no son, pero se parecen. Como carne molida los tiene, no… como charqui, exacto como charqui, tan secos y duros que se abre la carne, tal y como allá en el norte, donde alguna vez pasó agua pero ya no, esos talones agrietados amarillos, repulsivos, taladrados y acuchillados, del tipo que esta cansado. Los dedos, no quería llegar a este punto, pero… la historia debe seguir, algunos con uñas y otros sin, algunas oscuras, prefiero no seguir, alguna especie devoradora vive entre sus dedos, o será que no para en todo el día y le da mucho calor.
¡Párate! Acaso no te das cuenta que estas en horas de trabajo, si, pero… me duele, el “si” fue audible, el “me duele” se le tranco en la garganta, más puede el miedo que el dolor ¿no? Medio podrido por fuera y putrefacto por dentro, el odio acumulado ya lo superaba a él, a su dolor no, entonces el trauma avanza, cómo detenerlo.
Es cierto que casos de este tipo han ido disminuyendo muy lentamente (alargue el sonido de la “u” y un poco el de la “y”), estas buenas leyes sociales que tenemos ¿no? Nunca he sido un partidario de la critica social injustificada, menos de estas escuetas “protestas” esbozadas en las paredes, qué mediocridad, de las mediocridades que me entristecen, por qué no hacer la gran revolución, despegar de las paredes la frustración, porque la revolución esta en el pensamiento, en el buen pensamiento, es difícil apagar el fuego con petróleo, por eso recomiendo que se cultive su inteligencia, que despierte el pensamiento, que brote tu opinión y así hacer más complejo para el gusano que espera hambrientamente nuestra muerte el acceso a nuestro cuerpo sin los pies agrietados de tanto dolor.