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Porque el hombre fuerte ve más allá de mansión podrida, más allá del ápice de maldad, ese que con el conflicto ajeno debe volcarse para no sufrir, al que siente fuerte, ese que se que se maravilla y se destruye, porque él encuentra verdad en la realidad, porque él es sereno, porque logró comprender que su vida es más que la superficie, más que los pliegues de la cara y los pigmentos de la piel, se ama, y por ende disfruta dolor y placer del mismo modo.
Las lágrimas no son escasas en sus mejillas, y sus sonrisas hacen más lindo el sol, a veces se siente solo como perdido y algo nublado, es propio del humano. La nubosidad es inherente en nuestro camino, más que el día soleado, pero existe quien logra percatarse de que la nube no hace más que disfrazar el mismo rayo de sol que corre desesperadamente para impactar en nosotros, una verdad algo triste una verdad media mentira, solo basta saber que el sol no es precisamente eso que esta allí arriba ardiendo eternamente, sino esto que esta aquí, si justo aquí, aquí dentro.
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