2/9/09

El gusano de mi sufrimiento

.


Sentía la lúgubre voz emanar desde las húmedas entrañas del subsuelo, tratando de salvarme del letargo al cual me enfrentaba. No había consuelo suficiente para mi ser, aún no comprendía como era posible que siguiese vivo, lo ultimo que recordaba era caminar por la acera dando esos paceos nocturnos que tanto necesitaba. Mi cuerpo estaba entumecido, yacía boca arriba o talvez boca abajó, realmente no lo sabía, pero de algo estaba seguro, las próximas horas serían un suplicio. No tenía enemigos, no que yo supiese, pero hoy es común tenerlos sin siquiera imaginarlo, lamentablemente pensar en eso no disminuía el impacto que la situación me provocaba, la falta de visión fue recompensada con la amplificación de mi oír, eso fue lo peor que pudiese haberme sucedido, comencé a oír el lento avanzar de miles de gusanos que venían por su presa, estos inapreciables seres transmitían su ansía de mí; a través de la tierra, las piedras, las raíces. Entonces, como nunca, deseé la muerte, deseé que algún meteorito perforara la atmósfera y diera justo sobre mí. No se detenían, parecía que ellos al enterarse de mi desesperación, disminuyeran el pasó para así disfrutar más mi dolor, tardé talvez una hora o un día, en sentir los primeros devoradores sobre mí, al poco tiempo ya estaba rodeado. Fueron cuidadosos en cuanto se toparon con mi piel, luego al adentrarse en mi cuerpo, comenzó el delirio, no se detenían, eran malditos, inquietos, perforadoras sin control, como una bandada rumbo al sur, estos parásitos se encaminaron hasta mi corazón, gracias a Dios.

1 comentario:

  1. Pobre tipo...Dios mio...
    felicidades amigo...no solo tienes talento para el teatro...ademas para las lineas...realmente provocan cosas tus escritos...
    Tey

    ResponderEliminar