6/11/09

.......................El ultimo sueño

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Su penúltimo sueño, si es que así se le puede llamar a esa vorágine de imágenes y sonidos difusos, era para él, sin duda alguna, el presagio perfecto, un augurio sin precedentes en su vida. Más que una perfecta silueta de lo real, este mortífero escándalo cerebral había causado en él un estruendo, tanto en lo corporal como en el plano de las emociones, ahora sabía lo que todos sabemos, pero de una forma distinta, digamos un poco más certera. Cuando vio abiertas las puertas del hospital trompetas anunciaron su presencia, nadie le salio al paso, esto lo confundió un poco más de lo normal, siempre estuvo confundido, tanto conciente como soñando, las cosas se movían similares a un péndulo, llamó más su atención el tono vetusto de la escena, como sucio, un tanto apagado, totalmente contradictorio a la habitual pureza iluminada de lugares como aquel. Entonces los doctores llamaron al único paciente del enorme recinto, el grupo de albinos seres, se sentaron alrededor de él, lo miraban por la rendija que dejaban las mascarillas y gorros, parecían preparados para operar al instante, bisbiseaban frenéticamente, daba la impresión de que él estaba siendo juzgado y pronto ellos lanzarían su sentencia.
Morirá, dijeron cada uno de los miembros del grupo simultáneamente, retumbó en él el áspero sonido de sus voces, luego unos silencios rondaron el lugar. Él no sabía muchas cosas, sin embargo, siempre supo que moriría, ¿no es acaso lo único que sabe el hombre sin titubeos? Entonces como si leyeran su mente, los doctores se pusieron en pie, uno de ellos se aproximo, y dijo: cierto muy cierto, la humanidad entera es conciente del óbito que los persigue y que jamás podrán esquivar, cierto muy cierto, es también que morirás la próxima vez que sueñes, diciendo esto dio media vuelta volvió a su sitio, todos simétricamente tomaron asiento una vez más, lo miraron y en un festín de voces dijeron, cierto muy cierto.
Él nunca fue esclavo de ese miedo infructífero a la muerte, sin embargo aquella profecía lo mantenía reflexivo, los primeros días tras la declaración le fue imposible cerrar los ojos, no pretendía morir, así fueron tres días, el cuarto le fue imposible seguir en aquel adormecido estado, durmió. No soñó, no murió. Millones anhelan la noche en busca de sueños, fantasías oníricas, placeres ocultos, sin embargo, él temía a esta imaginación nocturna, porque comenzó a creer profundamente en que los sueños eran parte de la realidad, y de que la advertencia que le fue hecha era real absolutamente cierta, cierta muy cierta.
El equipo medico hacía esfuerzos sobre humanos para tratar de entender el extraño estado en el cual se encontraba el muchacho, hacía ya mucho que había caído en un coma de extrañas características, daba la impresión de que solo estaba tomando una siesta, de que en cualquier momento despertaría pero no lo hacía, estaban todos alrededor de la camilla vociferando algunas hipótesis incompletas, entre tanta palabrería y excitación resulto imposible encontrar la causa de la extraña afección, coincidieron en un solo punto cuando uno de ellos dijo: este es el caso más enigmático de mi carrera, y todos dijeron, cierto muy cierto.
Lo que sucedió será algo que aquel equipo medico nunca logrará entender. Él paciente, es decir, nuestro protagonista, había desarrollado de alguna forma muy extraña la capacidad de soñar indefinidamente, pero no fue él quien logró que esto sucediera, sino que fue el temor desmedido que infundió en él el oráculo del que fue victima. Él se quedó allá en un sueño cerca de un sol lejano, tenía una pequeña casita a un costado de la lluvia, y desde su ventana se podían ver las tres lunas que giraban en torno a una montaña, en la cual se encontraba el hospital, una gran construcción con un grupo de médicos preparados para atender a su único paciente.
Él soñó eternamente y eso es; cierto muy cierto.

2 comentarios:

  1. me hiciste recordar un sueño que lo he tenido muy presente estos dias
    y maldicion no quiero recordarlo!
    bye! queridisimo

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  2. De alguna manera irónica el comienzo de tu cuento me recordó al final de la Naranja Mecánica. Cierto, muy cierto.

    Es que si existe algo más maravilloso que soñar, es confundir los sueños con las realidad, y más aún, que los sueños se conviertan en tu realidad. O tal vez no (o si).

    Vamos a chocar con el Everest esta noche? :B feo ♥

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